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Imprevistos en la boda, ¡que a vos no te pasen!

¡Amiga! ¿Cómo estás? ¿Cómo van tus preparativos? Hoy te quiero hablar de un tema que va a ahorrarte dolores de cabeza, nervios y corridas: evitar imprevistos. A esta altura, entre mis primas, amigas, el propio, fui a tantos casamientos, que no sé si “lo he visto todo”, pero vi muchas cosas, y podría decirte que los imprevistos son cosas que pasan. Te voy a ir contando qué cosas pasaron en bodas a las que fui y cómo vos podés evitarlas, ¿dale?

La buena noticia es que la mayoría de ellos son evitables. Novia precavida vale por dos. Novios precavidos, por cuatro. Bueno, no es matemática, es previsión, así que vamos a lo nuestro…

  • El clima juega en contra. Situación: casamiento de mi amiga Luli. Quinta paradisíaca. Lluvia, aunque era pleno enero. Sí, había un quincho, pero éramos 200, apretujados, ¡ni se pudo bailar!

Solución: Si te casás en una quinta, tenés que tener un lugar cubierto como “plan B” que sea lo suficientemente grande como para que todos los invitados entren cómodos. No te fíes de que sea verano, una lluvia imprevista puede caer en cualquier momento. Cuidado también con los autos descapotables o salones cuya recepción dependa de un espacio abierto.

  • ¡Se olvidaron las alianzas! Situación: Parece una pesadilla, pero pasa. La hija de unos amigos de mi viejo, llegando a la jupá, ve una cara de desesperación en su novio. Pensó que no se quería casar. “De los nervios, me olvidé las alianzas”, le confesó, bajito. Nadie se enteró, lo supimos después.

Solución: ¿cómo hicieron? Lo que muchos sugieren es pedir prestado un par de alianzas a una pareja de confianza. Los papás de ella se los pasaron por lo bajo, se las pusieron y, en la fiesta, hicieron el reemplazo. Otra opción es, si la casa está cerca y la ceremonia aún no comenzó, enviar a alguien a buscarlas, bien rápido, y que se las alcance bien disimuladamente. Para evitar cualquier olvido, háganse listas y post-it que dejen en lugares visibles de la casa.

  • Te llegó tarde un show o sorpresa. Situación. Acá te cuento un imprevisto que estuvo mal manejado. Mi prima Kary empezó a llorar y a decirle a todo el mundo que el show de salsa tenía que llegar a las 2, eran las 2 y media y no venía. Se enteró toda la fiesta de que algo andaba mal…

Solución correcta. Quien coordine la fiesta tiene todo bajo control. Acercate a esa persona y, seguramente, hará un enroque con otro momento (el vals, una tanda de baile) y nadie lo va a notar. Ningún invitado conoce el cronograma de la fiesta. Relajate y disfrutá, no vale la pena la malasangre.

  • Ropa que se descose. Situación. Momento cumbre de la fiesta, baile desenfrenado… ¡criiiic! Alguien pisa con un taco aguja ese vestido soñado, tironea y lo rasga a la altura de la cintura. MI vestido de novia, ¡ayyy! Esta anécdota es propia. Pero lo solucioné.

Solución. Un buen kit de emergencia de la novia que incluya hilo y aguja. En una ocasión, ya te hablé de todo lo que tiene que tener ese pack tipo “MacGyver”, podés leerlo acá. Simplemente me fui a la suite privada de los novios (si tu salón tiene ese espacio, ¡es una gran ayuda!) y lo cosí. Tené también hilo del color del traje de tu novio y del vestido de tu mamá.

  • Cortes de luz. Situación. Pleno bar mitzvá de mi hermano, hace ya varios años. En medio de una tanda de baile, se corta la luz. Fue peor que si fuese un casamiento, porque los adultos tal vez te harían la gamba, los chicos empezaron  ¡a  abuchear! ¡buuu, qué mala fiesta, que vuelva la luz! ¡Mi hermano lloraba!

   Solución… no hubo, hasta que quince eternos minutos después volvió. Hace veinte años, cuando mi hermano hizo su bar, no todos los salones tenían grupo electrógeno. Hoy, la mayoría lo tiene, pero no lo des por sentado, preguntá bien y averiguá qué autonomía tiene ese sistema, si se banca toda la fiesta en caso de un corte prolongado.

Como verás, nadie está exento de imprevistos, pero todos tienen una solución o una forma de prevenirlos.
Si, aunque hayas hecho todo al pie de la letra, igual, te surge alguno, enfrentalo con onda, divertite. Que nada empañe el hecho de que estás viviendo el mejor momento de tu vida. Con los años, va a ser una gran anécdota.
¡Hasta la próxima y no te preocupes, ocupate!

Juju

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